Capítulo 1: Una Reunión - Page 4 of 6

- ¡Bah!, ¡no sea Ud. tan aprehensivo!. Santiago no se considera como indio, y además, no está presente y... ¡aunque estuviera!. Esas son tonterías de los recién venidos. Deje que pasen algunos meses; cambiará de opinión cuando haya frecuentado muchas fiestas y bailújan [15], dormido en los catres y comido mucha tinola. [16]

- ¿Es acaso eso que Ud. llama tinola una fruta de la especie del loto que vuelve a los hombres .. así... como olvidadizos?.

- ¡Qué loto ni qué lotería! –contesta riendo el P. Dámaso-. Está Ud. tocando el bombo. Tinola es un gulaí [17] de gallina y calabaza. ¿Cuánto tiempo hace que ha llegado Ud.?.

- Cuatro días –contestó el joven algo picado.

- ¿Viene como empleado?.

- No señor: vengo por cuenta propia para conocer el país.

- ¡Hombre, qué pájaro más raro! -exclamó Fr. Dámaso mirándole con curiosidad-¡Venir por cuenta propia y por tonterías!. ¡Qué fenómeno!. Habiendo tantos libros... con tener dos dedos de frente... ¡muchos han escrito así grandes libros!. Con tener dos dedos de frente...

- Decía V.R., P. Dámaso –interrumpió bruscamente el dominico cortando la conversación-, que había estado veinte años en el pueblo de San Diego y lo ha dejado... ¿no estaba V.R. [18] contento del pueblo?.

Fr. Dámaso a esta pregunta, hecha con un tono tan natural y casi negligente, perdió repentinamente la alegría y dejó de reír.

- ¡No! –gruñó secamente y se dejó caer con violencia contra el respaldo del sillón.

El dominico prosiguió en tono más indiferente aún:

- Doloroso debe ser dejar un pueblo donde se ha estado veinte años, y que se conoce como el hábito que se lleva. Yo, al menos, sentí dejar Camiling, y eso que estuve pocos meses... pero los superiores lo hacían para bien de la Comunidad... era también para bien mío.

Fr. Dámaso por primera vez en aquella noche parecía muy preocupado. De repente dio un puñetazo sobre el brazo de su sillón y respirando con fuerza exclamó:

- ¡O hay religión o no la hay, esto es, o los curas son libres o no!. ¡El país se pierde, está perdido!.

Y volvió a dar otro puñetazo.

Toda la sala sorprendida, se volvió hacia el grupo: el dominico levantó la cabeza para mirarle por debajo de sus gafas. Los dos extranjeros que se paseaban paránrose un momento, se miraron, se enseñaron un poco sus dientes incisivos y continuaron acto seguido el paseo.

- ¡Está de mal humor porque Ud. no le ha tratado de Reverencia! –murmuró al oído del joven rubio el Sr. Laruja.

- ¿Qué quiere V.R. decir?, ¿qué le pasa? –preguntaron el dominico y el teniente en diferentes tonos de voz.

- ¡Por eso vienen tantas calamidades!. ¡Los gobernantes sostienen a los herejes contra los ministros de Dios! –continuó el franciscano levantando sus robustos puños.

- ¿Qué quiere Ud. Decir? –volvió a preguntar el cejijunto teniente medio levantándose.

[15] Palabra en tagalog formada desde la española 'baile,' quiere decir bailes. La desinencia 'an' detrás de un nombre designa bien lugar bien condición. Bailuhan, como se deletrearía hoy, puede significar el local donde se baila o la fiesta misma. Palabra en desuso, sustituída por 'sayawan' que significa lo mismo; de 'sayaw', bailar o baile.

[16] Sopa muy sabrosa de gallina cocida con papaya verde, chayote, patatas, frejolillos y gengibre.

[17] Gulay es verdura en tagalog. Parece que la tinola del tiempo de Fr. Dámaso era un pelín distinta de la que se hace hoy, y a la que también se puede echar calabaza.

[18] V.R. es abreviación de 'Vuestra Reverencia,' apelación formal de respeto con la que se saluda o refiere al sacerdote de una orden religiosa.

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pasikat