Capítulo 37: El Misterio - Page 5 of 5
— Anoche? repitió Sensia entre curiosa y celosa.
Momoy no se decidía, pero la cara que le puso Sensia le quitóel miedo.
—Anoche, mientras cenábamos, hubo un alboroto; la luz seapagó en el comedor del General. Dicen que un desconocidorobó lámpara que había regalado Simoun.
—Un ladron? Uno de la Mano Negra?
Isagani se levantó y se puso á pasear.
— Y no le cogieron?
— Saltó al rio; nadie ha podido verle. Unos dicen que eraespañol, otros que chino, otros, indio...
— Se cree que con esa lámpara, repuso Chichoy, se iba áencender toda la casa, la pólvora...
Momoy volvió á estremecerse, pero habiendovisto que Sensiase había apercibido de su miedo, quiso arreglarlo.
—¡Qué lástima! exclamó haciendo un esfuerzo; qué mal hahecho el ladron! Hubieran muerto todos...
Sensia le miró espantada ; las mujeres se persignaron :Capitan Toringoy que tenía miedo á la politica, hizo ademande alejarse. Momoy acudió á Isagani.
— Siempre es malo apoderarse de lo que no es suyo, contestóIsagani con enigmática sonrisa; si ese ladron hubiese sabidode qué se trataba y hubiese podido reflexionar, de seguro queno lo habría hecho!
Y añadió despues de una pausa :
— Por nada del mundo quisiera estar en su lugar!Y así siguieron comentando y haciendo conjeturas
Una hora despues, Isagani se despedia de la familia para retirarse para siempre al lado de su tío.