Capítulo 31: El Alto Empleado

laspagne et ta vertu, l'Espagne et sa grandourTout s'en va I(V/c-roa Ruco).

Los periódicos de Manila estaban tan ocupados por la reseñade un asesinato célebre cometido en Europa. por los panegí-ricos y bombos á varios predicadores de la capital, por el éxitocada vez más ruidoso de la opereta francesa, que apenas podíandedicar alguno que otro artículo á las fechorías que cometía en provincias una banda de tulisanes capitaneada por un gefeterrible y feroz que se llamaba Matangldwin. Sólo, cuando elasaltado era un convento ó un español, entonces aparecíanlargos artículos dando pavorosos detalles y pidiendo el estadode sitio, enérgicas medidas etc. etc. Así es que tampocopudieron occuparse de lo ocurrido en el pueblo de Tiani, nihubo una alusion ni un rumor. En círculos privados se susurrabaalgo, pero todo tan confuso, tan incierto, tan poco consistenteque ni siquiera se supo el nombre de la víctima, y los que másinterés manifestaron, lo olvidaron pronto, creyendo en algunacomponenda con la familia ó parientes ofendidos. Lo único quese supo de cierto fué que el P. Camoria tuvo que dejar elel pueblo para trasladarse á otro ó estar algun tiempo en elconvento de Manila.

— Pobre P. Camorra! exclamaba Ben Zayb echándoselasde generoso; era tan alegre, tenía tan buen corazon !

Era cierto que los estudiantes habían recobrado su libertadgracias á las instancias de sus parientes, que no perdonarongastos, regalos ni sacrificio alguno. El primero que se viólibre fué, como era de esperar, Makaraig y el último, Isagani,porque el P. Florentino no llegó á Manila sino una semanadespues de los acontecimientos. Tantos actos de clemencia levalieron al General el epíteto de clemente y misericordioso, queBen Zayb se apresuró á añadir á la larga lista de sus adjetivos.

El único que no obtuvo la libertad fué el pobre Basilio, acu-sado ademas de tener en su poder libros prohibidos. Nosabemos si se referirían al tratado de Medicina Legal y Toxico-logía del Dr. Mata, ó á los varios folletos que se le encontraronsobre asuntos de Filipinas ó á ambas cosas juntas; es el caso quese dijo tambien que vendía clandestinamente obras prohibidasy sobre el infeliz cayó todo el rigor de la romana de la justicia.

Contaban que á su Excelencia le habían dicho:

—Es menester que haya alguno para que quede en salvo elprestigio de la autoridad y no se diga que hemos metido muchoruido para nada. La autoridad ante todo. Es menester quese quede alguno!

—Queda uno solo, uno que, segun el P. Irene, fué criadode Cpn. Tiago.. No hay quien le reclama..

— ¿Criado y estudiante? preguntó S. E.; pues entonces ése,que se quede ése!

—Me permitirá V. E., observó el alto empleado que sehallaba presente, por casualidad; pero me han dicho que esechico es estudiante de Medicina, sus profesores hablan bien deél... si continúa preso pierde un año, y como este año ter-mina...

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naghalò ang balát sa tinalupan