Capítulo 1: Sobre-Cubierta - Page 7 of 7
—No, no hablo de patos silvestres, hablo de los domésticos,de los que se crían en Pateros y en Pasig. Y ¿sabe usted de qué se alimentan?
Ben Zayb, la única cabeza pensante, no lo sabía : él no se dedicaba á aquella industria.
—¡De caracolitos, hombre, de caracolitos! contestó el P.Camorra; no se necesita ser indio para saberlo, basta tener ojos !
— Justamente, de caracolitos! repetía don Custodio gesticulando con el dedo indice; y ¿usted sabe de dónde se sacan?
La cabeza pensante tampoco lo sabía.
— Pues si tuviera usted mis años de pais, sabría que los pescan en la barra misma donde abundan mezclados con la arena.
— ¿Y su proyecto?
—Pues á eso voy. Obligaba yo á todos los pueblos del contorno, cercanos á la barra, á criar patos y verá V. como ellos, por sí solos, la profundizan pescando caracoles… Ni más nimenos, ni menos ni más.
Y don Custodio abria ambos brazos y contemplaba gozoso el estupor de sus oyentes : á ninguno se le había occurido tan peregrina idea.
— Me permite usted que escriba un artículo acerca de eso? preguntó Ben Zayb; en este país se piensa tan poco...
-- Pero, don Custodio, dijo doña Victorina haciendo dengues y monadas; si todos se dedican á criar patos van á abundar los huevos balot. ¡Uy, qué asco! Que se ciegue antes la barra!