Capítulo 7: Simoun - Page 3 of 7

Y Simoun entendía ambos brazos hácia la tierra como si conaquel movimiento quisiese mantener allí los restos destrozados.Su voz había adquirido un timbre siniestro, lúgubre quehacía estremecerse al estudiante.

—Llamado por los vicios de los que las gobiernan, he vueltoá estas islas y, bajo la capa del comerciante, he recorrido lospueblos. Con mi oro me he abierto camino y donde quiera hevisto á la codicia bajo las formas más execrables, ya hipócrita,ya impúdica, ya cruel, cebarse en un organismo muerto comoun buitre en un cadáver, y me he preguntado ¿por qué nofermentaba en sus entrañas la ponzoña, la ptomaina, elveneno de las tumbas, para matar á la asquerosa ave? Elcadáver se dejaba destrozar, el buitre se hartaba de carne,y como no me era posible darle la vida para que se volviesecontra su verdugo, y como la corrupcion venía lentamente,he atizado la codicia, la he favorecido, las injusticias y losabusos se multiplicaron; he fomentado el crimen, los actosde crueldad, para que el pueblo se acostumbrase á la ideade la muerte; he mantenido la zozobra para que huyendo deella se buscase una solucion cualquiera; he puesto trabas alcomercio para que empobrecido el país y reducido á la miseriaya nada pudiese temer; he instigado ambiciones para empobrecer el tesoro, y no bastándome esto para despertar un levan-tamiento popular, he herido al pueblo en su fibra más sensible,he hecho que el buitre mismo insultase al mismo cadáver quele daba la vida y lo corrompiese... Mas, cuando iba á conseguirque de la suprema podredumbre, de la suprema basura, mezclade tantos productos asquerosos fermente el veneno, cuandola codicia exacerbada, en su atontamiento se daba prisa porapoderarse de cuanto le venía á la mano como una viejasorprendida por el incendio, hé aquí que vosotros surgís congritos de españolismo, con cantos de confianza en el Gobierno,en lo que no ha de venir; hé aquí que una carne palpitantede calor y vida, pura, joven, lozana, vibrante en sangre,en entusiasmo, brota de repente para ofrecerse de nuevocomo fresco alimento... ¡Ah, la juventud siempre inexperta ysoñadora, siempre corriendo trás las mariposas y las flores! Osligais para con vuestros esfuerzos unir vuestra patria á laEspaña con guirnaldas de rosas cuando en realidad forjaiscadenas más duras que el diamante ! Pedís igualdad dederechos, españolizacion de vuestras costumbres y no veisque lo que pedís es la muerte, la destruccion de vuestranacionalidad, la aniquilacion de vuestra patria, la consa-gracion de la tiranía ! ¿Qué sereis en lo futuro? Pueblosin caracter, nacion sin libertad; todo en vosotros será pres-tado hasta los mismos defectos. Pedís españolizacion y nopalideceis de vergüenza cuando os la niegan ! Y aunque os laconcedieran ¿qué quereis? qué vais á ganar? Cuando más feliz,país de pronunciamientos, país de guerras civiles, república derapaces y descontentos como algunas repúblicas de la Américade Sur! ¿A qué venís ahora con vuestra enseñanza del castel-lano, pretension que sería ridícula si no fuese de conse-cuencias deplorables? Quereis añadir un idioma más á loscuarenta y tantos que se hablan en las islas para entenderoscada vez menos!...

—Al contrario, repuso Basilio ; si el conocimiento delcastellano nos puede unir al gobierno, en cambio puede unirtambien á todas las islas entre sí !

—¡Error craso! interrumpió Simoun; os dejais engañar porgrandes palabras y nunca vais al fondo de las cosas á examinarlos efectos en sus últimas manifestaciones. El español nuncaserá lenguaje general en el pais, 'l pueblo nunca lo hablará porque para las concepciones de su cerebro y los sentimientosde su corazon no tiene frases ese idioma: cada pueblo tieneel suyo, corno tiene su manera de sentir. ¿Qué vais á conseguircon el castellano, los pocos que lo habeis de hablar? Matarvuestra originalidad, subordinar vuestros pensamientos áotros cerebros y en vez de haceros libres haceros verdadera-mente esclavos ! Nueve por diez de los que os presumís deilustrados, sois renegados de vuestra patria. El que de entrevosotros habla ese idioma, descuida de tal manera el suyo queni lo escribe ni lo entiende y ¡ cuántos he visto yo que afectanno saber de ello una sola palabra! Por fortuna teneis ungobierno imbécil. Mientras la Rusia para esclavizar á laPolonia le impone el ruso, mientras la Alemania prohibe elfrancés en las provincias conquistadas, vuestro gobiernopugna por conservaros el vuestro y vosotros en cambio, pueblomaravilloso bajo un gobierno increible, vosotros os esforzais endespojaros de vuestra nacionalidad ! Uno y otro os olvidais deque mientras un pueblo conserve su idioma, conserva la prendade su libertad, como el hombre su independencia mientrasconserva su manera de pensar. El idioma es el pensamientode los pueblos. Felizmente vuestra independencia está asegu-rada : las pasiones humanas velan por ella !...

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waláng pusò